martes, 16 de agosto de 2011

El anhelo pone rumbo.



No hay llantos ni tristeza. 
Tampoco excesiva necesidad de tenerte. 
Creo que lo único que quiero es desearte, soñarte, imaginarte...
Pero cuando te oigo respirar suenan tambores.
Al tenerte cerca te quiero más cerca. 
Y de cerca me susurras cosas preciosas con tu mirada. 
Arrullan tus ojos mis sentidos, y despiertan la pasión. 
Hasta en las noches tormentosas sale la bella luna del estío.
Y en una noche de segundos mis reflejos responden con el sueño más precioso. 
Y en un amanecer de varios soles, tus labios alimentan aún más la quimera del momento. 
Tan cerca, tan lejos...
Sé que al final de esta noche acabaré abrazando el aire. 
Pero el anhelo pone rumbo, suficiente. 





martes, 9 de agosto de 2011

Sonrisa difícil de entender.



Y llega el momento de recordar. 
De abrazar el aire del pasado que hace que nuestros ojos brillen de una forma especial. Una calurosa mezcla de felicidad y tristeza, que mirando atrás nos hace andar hacia adelante. Desde la empática sensación de aquello que no queda tan atrás, hasta la ilusión de ver y sentir lo no vivido, esas sonrisas de inocencia, inocentes, uno de los mayores tesoros en la gyncana de vivir. 
Esa inocencia que nos hace madurar, esas experiencias que nos hacen mejorar, esos sentimientos que pensamos sin cesar.
Y en el mundo todo sigue, como si nada hubiera pasado. Pero otra vez siento lo mismo, siento que durante un tiempo alguien arriba le dio a un botón. 
Y nuestra cabeza no es suficiente para almacenar todos y cada uno de los momentos espectaculares que uno vive. Pero nuestra mente siempre recuerda sensaciones, y no hay mejor sensación que esta. Así que al menos, durante un tiempo sonreiré sin razón aparente para el resto, pues las razones de una sonrisa son inocentes y difíciles de entender. 
Tan difícil que no puedo explicar porque el recuerdo me hace tan feliz.
Tan difícil que para entenderlo, lo tienes que vivir. 
Cierra los ojos, recuerda y... 





lunes, 1 de agosto de 2011

Pues ser en ti es ser.

Acabar. Cascada de tinta. Abrazos escritos. Besos pensados. Risas en cajas. Luz en frascos de cristal.
Cielos que se abren tras la cortina de la monotonía de mi estar. Vuelos de bajo coste, fácil despegar.
Ambiciones que me dan alas para volar, fuerza de pasión que impulsa esta razón.
Pues ser en ti es ver. Ver es sentir. Sentir para estar en ti, y ver lo que sin ti, no es.