viernes, 29 de abril de 2011

Imagino.


Te imagino.
Imagino tus ojos tristes,
tus lejanos abrazos,
mirada alegre, 
cercanos brazos.

Te imagino.
Imagino tu celestial presencia
entre las sábanas de mi cama.
Sé que está prohibido dormir con diosas,
pero expondría hasta mi alma.

Te imagino.
Imagino tus zapatos tirados en el recibidor,
tu camisa triste y sola en el sofá,
tus pantalones aburridos en el aparador,
tú y yo disfrutando en irónica soledad.

Te imagino.
Imagino en este sueño el momento
en que tus piernas bajen la guardia,
que tus pechos sean la entrada
de un universo donde solo entran dos.
Tú y yo.

Te imagino.
Imagino abrir los ojos y escucharte respirar.
Imagino, en tu mirada, la verdad.
Imagino dejar de soñar.
Imagino hallar, en tus besos, libertad.


martes, 26 de abril de 2011

Una vez.

Una vez empapé mis retinas por ti, una vez.

Luna, hiciste que subiera la marea de mis mejillas, y estas, ahogadas, se sonrojaban y hacían darme cuenta de que te deseaba con todas mis fuerzas. Tu fragancia fabricaba sonrisas, tu mirada cegaba mis ojos y tus palabras me acariciaban por dentro.
Pero en el fondo, el sabor de las lágrimas era más dulce que el de tus besos.
Cargado de olores e intenciones pasó el tren, y esperé a perderlo para correr. 
Intentar hacer del sueño la realidad, cuando realmente la realidad solo permitía soñar. 
Sólo, me di cuenta, y no hizo falta más. 
Vi desde mi habitación, entre nubarrones y tormentas, el lado oculto de la luna...


Una sola vez lloré, y una sola vez me arrepentí.

martes, 19 de abril de 2011

Me inspiras, pues soy yo...

Me inspiras, pues soy yo... 
Me inspiras tanto que me cuesta espirar el aire que mis pulmones, en tu presencia, inspiran por tus besos.
Pero un pequeño suspiro acaba espirando esa inspiración que, por un momento, pareció expirada en mi interior.
Un suspiro en forma de letras desahoga la presión que tu presencia provoca en mi corazón.
Un suspiro que espira susurrando que tus aires hacen zozobrar a mi expirada razón.
Me inspiras, me inspiras cuando respiras estas letras,  pues soy yo.
En definitiva, me inspiras, te inspiro, no te espiro del todo mientras expiro... y me inspiras al leer esto, pues soy yo.



lunes, 11 de abril de 2011

Queriéndoos por un momento.

Confuso el sabor de tus miradas, 
esas, calientes como el sol de tus ojos. 
Eternos los instantes,
me arrepiento de imaginar tu voz.

Confuso sin saber cuántas,
repartidas en distintos sueños.
No es única vuestra sonrisa, 
sí  único el sentimiento.



Queriéndoos por un momento,
amándoos sin querer.
Queriendo no quereros tanto,
quereros sin querer querer.

Pues no cierro los horizontes, 
nadando en un mar salado,
escociendo aún las heridas
que no han cicatrizado. 

Matando contigo el tiempo, 
te deseo en las horas muertas.
Te tengo en el día a día,
desprecio tu compañía.

Por ti lucharía en la arena,
derramando sangre y sudor,
humedeciendo nuestros fríos cuerpos,
puliéndolos para hacer calor.

Y es el ardor el que escribe,
los versos más apasionados.
Solo querer ser contigo,
aquello que no soy sin ti. 
Solo soñar sin vosotras,
es mejor no dormir.



sábado, 2 de abril de 2011

Olvidarse de olvidar, recordar...

Hay cosas que la lógica no responde. Silogismos llenos de premisas sin conclusiones.
Veo la luna.
Me olvido de olvidar y recuerdo como un loco consentido por el azar, un loco sin sentido, escupiendo dichos versos abatidos. 
Cojo de nuevo el bolígrafo y escribo, sabiendo que, memorar los recuerdos vacíos de tus besos es más por menos, negativo.

Una nueva posesión del demonio de tus ojos hace saltar la metralla de este cuento. 
Donde las hadas despegaron... pero subieron sin frenar, hasta ver sólo el encanto de los solos sueños rotos.
Y no te veo, pero la luna sigue ahí...

Estrella fugaz, 
como botella tirada al mar...