miércoles, 19 de enero de 2011

Caminar.

Me gusta pasear, me he dado cuenta hoy, 
pasear por el pinar, respirar el aire puro,
pasear por la ciudad, respirar el aire humano,
pasear por los sueños, respirarte a ti.


Todo puede ir peor. Por eso, mientras sólo vaya así de mal, me conformo.
Paso a paso, pongo banda sonora a cada persona, árbol, sueño que me cruzo.
Sí. Me encanta pasear, pasear e imaginar. 
Los árboles del pinar siempre tienen algo que contar, algo que hasta ahora yo no sabía...
Las caras de la ciudad siempre dan una nueva lección a este corazón que tengo por cerebro...
Y los besos de los sueños... siempre me recuerdan que no estás, y esa es la mejor lección de todas: queda mucho por andar.

Así que sigo caminando, por pinares, calles y sueños, porque ¡nunca llegarán los buenos momentos!
Tendremos que llegar nosotros a ellos...

Así de simple, así de claro...

martes, 11 de enero de 2011

Adelfa.

El paseo se convirtió en una búsqueda, 
el sin sentido en querer sentir sin razón,
la razón, olvidada en un recodo del camino,
recovecos creados al caminar, no parar.
Bosque plagado de plantas, 
de colores y de olores.
Dicha al encontrar esa bella flor,
llamativa, bonita, preciosa, estupenda...
Deshizo de la mente cualquier forma de pensar,
un río, una sombra, y esa flor.
¿Para que cavilar? Acampar.
Esa bella flor...
El paseo de la locura encontró  lo que buscaba.
Insisto, preciosa flor, pétalos de color.
¿Cómo no ceder al impulso del deseo?
Impulso envenenado, 
destierro de la felicidad por la pasión.


También puede herir una flor,
no caminar por caminar,
custodiar de Adelfas el corazón...