martes, 15 de mayo de 2012

Mantenerse en lo oscuro.

Yo nunca fui un cabrón, incluso a veces por no serlo frené al corazón. La madurez no llega con los años, sino con el tiempo.
Me he sentido ultrajado, he parado, pensado y respirado. No me creo cobarde por esconderme en ocasiones, de hecho en la oscuridad de mi escondite hay que tener cuidado... con razones siempre he salido de mi agujero.

Odio pensar que no me quieres, odio tener que separarme de tus pasos para dejarte crecer con la luz del sol. Los cariños que te doy son la consecuencia de tus ojos. Tal vez también consecuencia de mi falta de autocontrol, de querer besar tu sonrisa...
Pero en la oscuridad veo claras las cosas que a tu lado veo oscuras, como el color de tus ojos, inocentes y perversos.
Y no entiendo por qué siento que este sentimiento ya lo acaricié en otro momento...



Espero que si tiene que ser, sea. No frenemos el destino, siempre que impulsados por el corazón, caminemos sobre la razón.
Me creo capaz de sorprenderte para bien cada mañana, y tal vez sea mañana cuando por sorpresa me digas ven. 
Quizás mañana sea tarde, pero esa tarde de mañana viajaremos al edén.


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