martes, 11 de octubre de 2011

Hagamos la melodía bailando.

Vivimos rodeados de imperfección, 
es obvio que nadie es perfecto. 

Juguemos por una vez sin presión. 
Hagamos la melodía bailando
y no el baile según la melodía.
Olvidemos que el resto existe,
vivamos por nosotros. 
Y entendamos que por fin hay algo perfecto,
la sinfonía que nos acompaña.

Disfrutemos entre sábanas blancas 
de la danza improvisada más bonita.
Sonriamos con nuestras miradas
y así sabrán que no les engañamos.
Demostremos que son ellos los equivocados.
Que aunque nos quedemos en el intento,
al menos fuimos aspirantes a felices.
Sólo el que lo intenta lo consigue. 
Sólo el que fracasa aprende. 
Seamos fuertes. 

Luchemos.
Probemos.
Bailemos.







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