Imaginar un camino es más fácil que recorrerlo.
Seamos simples,
olvidemos los mapas en casa,
olvidemos las rutas,
caminemos despistados.
Pongamos normas:
Si caminamos de noche, lo haremos con los ojos abiertos.
Si caminamos juntos, no hará falta tocarnos para estar unidos.
Si comenzamos a subir una montaña será para coronar la cima.
Pero sobre todo no nos olvidemos de olvidar nuestros mapas en casa,
no dejemos que nuestro camino tenga ruta prefijada.
Hagamos de nuestra vida la película más maravillosa,
tan maravillosa que no necesite de guión para ser escrita.