martes, 9 de agosto de 2011

Sonrisa difícil de entender.



Y llega el momento de recordar. 
De abrazar el aire del pasado que hace que nuestros ojos brillen de una forma especial. Una calurosa mezcla de felicidad y tristeza, que mirando atrás nos hace andar hacia adelante. Desde la empática sensación de aquello que no queda tan atrás, hasta la ilusión de ver y sentir lo no vivido, esas sonrisas de inocencia, inocentes, uno de los mayores tesoros en la gyncana de vivir. 
Esa inocencia que nos hace madurar, esas experiencias que nos hacen mejorar, esos sentimientos que pensamos sin cesar.
Y en el mundo todo sigue, como si nada hubiera pasado. Pero otra vez siento lo mismo, siento que durante un tiempo alguien arriba le dio a un botón. 
Y nuestra cabeza no es suficiente para almacenar todos y cada uno de los momentos espectaculares que uno vive. Pero nuestra mente siempre recuerda sensaciones, y no hay mejor sensación que esta. Así que al menos, durante un tiempo sonreiré sin razón aparente para el resto, pues las razones de una sonrisa son inocentes y difíciles de entender. 
Tan difícil que no puedo explicar porque el recuerdo me hace tan feliz.
Tan difícil que para entenderlo, lo tienes que vivir. 
Cierra los ojos, recuerda y... 





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