No hay cosa más automática y repetitiva que respirar. Pero esta vez fue especial. Mientras el aire que inspiraba cumplía su función, mantenerme con vida, ese olor tan particular me clavó una daga de recuerdos en el corazón. El buen tiempo resucita tu olor desaparecido. Entonces fue inevitable... Con los ojos cerrados, tu invisible olor me hizo ver tantas cosas... me hizo recordar caricias, miradas, paseos, incertidumbre, mariposas, canciones, sueños...
De vuelta al mundo de los que erramos al querer, abrí los ojos y la vi... Fuente de ese entrañable olor... Desconocida nueva perla de mar. Los recuerdos se marchitaron en un momento, y florecieron nuevos sueños de colores vivos.
Lo pasado estuvo bien, el presente lo estará, el futuro será perfecto.
Tonta felicidad la del optimista...
Tonta felicidad... que optimista.
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