El agua ahogaba nuestros pies al compás de las olas,
son las huellas los recuerdos, que tras nosotros…
No hay cobardía en el andar, no hay pasos en falso,
nunca estamos a solas.
Hacemos dos huellas por paso, paso a paso.
Un paso, de pasar, de las huellas que queden atrás.
Pues no hay viento capaz de despeinar nuestras sonrisas,
no hay marea capaz de derrumbar nuestro deseo.
Pasamos del qué dirán, pues lo que digan no nos dice nada.
Supongo que hablamos otro idioma,
idioma que no entiende de razones por encima de emociones.
Equivocados o no,
caminamos,
apoyados en lo único que conocemos.
Yo creo que uno no debe apoyarse en lo único que conoce, a veces las cosas desconocidas, incluso cuando son mas pequeñas son, por definición: mejores!
ResponderEliminarHola!!tu eres el camarero del Deux,no??esq me han hablado de ti...
ResponderEliminaresq te he encontrado en esto del blogspot!a ver si me presento un dia q vaya por alli!muy chulo tu blog!!me encanta!!1 besoo!!
@Anónimo: apóyate en lo que conoces para conocer lo desconocido, aprende a sumar y podrás multiplicar.
ResponderEliminar@Mery: sí! yo trabajo en el Deux, nos vemos por allí entonces. Gracias por leerlo, me hace ilusión que te guste.
Tienes razón hay que apoyarse en lo conocido para acceder a lo que desconoces. Pero multiplicar es sumar repetidas veces...
ResponderEliminarPor eso es necesario saber sumar para multiplcar, y no eso sólo... si no que también es necesario equivocarse alguna vez haciendo operaciones...
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