Inocente pasión, libertad otorgada por la sabiduría de esa preciosa flor. Por la orilla de la playa deambulamos, pese a las coloridas hojas, presagio del frío, calientes, cada uno chimenea del otro. Charlamos y paseamos, después vino la fiesta, para acabar en el sofá. Y es que el beso vino antes que el café, y el sol más tarde que la cama.
La inocencia de un niño,
la pasión de un adolescente,
la libertad del joven,
o la sabiduría del anciano.
La flor de primavera,
la playa del verano,
la colorida hoja de otoño,
o la chimenea del invierno.
La charla del lunes,
el paseo del miércoles,
la fiesta del viernes,
o el sofá del domingo.
El beso de buenos días,
el café de media mañana,
el sol de por la tarde,
la cama de la noche.
Esto y más,
solo con verte sonreír.