Una tarde cualquiera en el otoño de mis ojos
tras un verano invernal producido por anhelo.
Ella.
Ella.
Impulso de mis actos, freno de mi vida.
Vida de mis impulsos, actos por los que freno.
Tu sonrisa vuelca mi razón,
tu sonrisa, directa al corazón.
El sol ilumina tu mejilla.
Tu mirada, ilumina mi vida.
Son tus labios el secreto más guardado, tu lengua la guardiana del deseo.
Pasa el tiempo, y mientras, me invento los recuerdos.
Soñando ser explorador de la calurosa nieve de tus noches.
Escapar de la luz para encontrarnos, encontrarnos en lo oscuro y conocernos.
Que con tocarnos nos veamos.
Que con besarnos nos hablemos.
Sigo buscando en el fondo de tus ojos una señal que me lleve al paraiso.
Mientras tanto, observo y callo.